Lo primero que uno aprecia cuando abre un álbum como "Muchacho", del francés Emmanuel Lepage, es la maravilla de dibujo y el color tan vivo de unas páginas, que hablan por si solas. Un autor al que pudimos apreciar su buena labor en otro de los álbumes editados por Glénat dentro de la Colección Delicatessen, Alex Clément ha muerto, con guiones de Delphine Rieu, publicado en 2002. Ahora con un cambio total de registro, Lepage nos sumerge en Muchacho, en la Nicaragua del dictador Somoza, Anastasio Somoza Debayle, en el año 1976. Cuando un joven seminarista, Gabriel de la Serna, es enviado a un pequeño pueblo perdido en medio de la selva a pintar un fresco sobre La Pasión de Cristo en la iglesia del lugar. Donde la revolución sandinista es más si cabe popular entre sus habitantes, con especial interés en el párroco Rubén. Una vez establecido el muchacho, se da cuenta que la cosas no son tal como se lo habían contado, tomando partido por las ideas propuestas por el cura del pueblo, viendo más allá de lo que sus simple ojos pueden sentir y significar, ante tanta injusticia social que vive la gente; con un nuevo enfoque finalmente a la hora de plasmar el fresco que ha venido a pintar. Entre paletada y paletada de color, Gabriel tendrá tiempo también de dibujar a la gente del lugar, sus juegos, sus encuentros amorosos, con no pocas sorpresas para el protagonista. Mientras el ejército del dictador al mando del comandante Vargas, se presenta en el pueblo en busca de armas de los sandinistas y la búsqueda de un yanqui, un tal McDouglas, al que han secuestrado, para intercambiarlo por prisioneros de los guerrilleros Sandinistas. El asunto acabará con el Rosario de la Aurora, y el forcejeo salvaje, con una de las mujeres del lugar más reivindicativa.
Al anochecer uno de los sandinistas agradece al muchacho haberles protegido, con la ocultación de las armas, en una supuesta caja de pinturas, iniciándose poco más tarde un encuentro con uno los lugareños, Diego (con el que ha establecido amistad), con la discusión sobre unos dibujos y su persona. Por desgracia ambos caen apresados por el ejercito de Vargas, con la disputa sobre de la propiedad de un mechero (no estaban permitidos en el país), que le llevará en plena celebración religiosa a matar ante los ojos de todos a Concepción, el encarcelamiento de Rubén y de Gabriel. Éste último, es liberado por sus padres, por ser hijo de una de las personas más influyentes del país; tal es la rabia del muchacho que se escapa por la selva, encontrándose con los revolucionarios sandinistas, emprendiendo un viaje con ellos y el prisionero inglés. En una aventura llena de dificultades, el descubriendo de la verdadera identidad sexual de Gabriel al lado de un joven inglés, las adversidades de la naturaleza en la selva, la enfermedad, y donde el protagonismo del muchacho será absoluto al final de la historia, para llevar con éxito la misión que nunca hubiera imaginado realizar. El álbum acaba con una imagen esperanzadora del pueblo nicaragüense y la caída de la dictadura el 19 de julio de 1979.
Emmanuel Lepage (1966, Saint-Brieuc, Francia), sitúa la obra en un contexto histórico, con momentos llenos de tensión, donde el lector podrá apreciar la verdadera dimensión de los problemas por los que pasaron durante generaciones los nicaragüenses y la represiva dictadura de Somoza. Con un soberbio trazo y un color espectacular, Lepage, da rienda suelta a una de sus mejores obras; además de un buen guión, lleno de rebeldía y un ideal revolucionario, donde la figura del muchacho es liberada de su niñez; consiguiendo llevarlo a buen puerto, a través de los dos álbumes que componen la obra.
Sinceramente Muchacho, es una buena obra, con la que pueden pasar horas de lectura entretenida. Desde aquí mi recomendación, para una historia hecha con pasión.
Muchacho
Guión, dibujos y color: Emmanuel Lepage
Editorial: Ediciones Glénat
Edición original: Muchacho 1 y 2, Dupuis
Formato: cartoné, 23 x 31 cms.
Tomo 1: 72 páginas, 15
Tomo 2: 92 páginas, 1795
Valoración: ****