Desde hace tiempo el lector se ve sometido a un sin fin de novedades cada vez que se celebra un evento como el Saló o el Expocómic, las editoriales salvo raras excepciones, ponen su maquinaría a punto para saturar el mercado de una forma flagrante, según parece ser, por política editorial. El lector ante ésta tesitura, debe hacer malabarismos para escoger primero las obras más destacadas en función de su gustos, siguiendo a sus autores o personajes favoritos, y posponer para meses más tarde, en su buena medida la compra del resto de los cómics ¿Es esto, estar en crisis en cuanto a publicaciones? Sinceramente, no, cada vez es el mayor de publicaciones que se ponen en el mercado, con temáticas para todos los gustos, cada editorial busca su público y una especialización. Desde mi punto de vista personal preferiría que las editoriales editaran estas novedades (que son dirigidas especialmente a los salones), de una forma más escalonada, con una política más acorde con los lectores y los dueños de las librerías; y no ver como hay meses, en que no sale apenas obras interesantes, para luego darse un atracón de ellas. En el aspecto económico para un Coleccionista como yo, es muy difícil de sostener el actual ritmo de compras y lecturas a los que a veces se ve uno sometido, está claro que es una elección muy personal, y puede no ser compartida por muchos otros aficionados al noveno arte. Si comparamos el número de cómics aparecidos al mes actualmente, con los años 80 y principios de los 90, ni por asomo había tal número de cómics; muchos pueden calificar que vivimos una etapa inmejorable, con un añadido, la recuperación de clásicos de la historieta americana como Rip Kirby, Terry y los Piratas, Spirit o Principe Valiente, o los europeos Lucky Luke, Iznogud, qué en próximas fechas se verán aumentado por las ediciones de genial obra de Peyo y sus Pitufos o la publicación de otro clásico de la tiras de prensa norteamericana como Flash Gordon. El lector ante tal ritmo de publicación, sólo le queda cada vez más seleccionar los cómics, corriendo el riesgo de perderse alguna que otra obra maestra en el camino. Además debemos sopesar un aspecto muy importante, el tiempo invertido de la lectura sobrepasa de forma sobrehumana el tiempo libre que le gustaría dedicar uno a su hobby favorito.
Sí, es cierto que la crisis, afecta a la creatividad de los autores tanto extranjeros como españoles, sometidos a los valores creativos de cada editorial y los personajes a desarrollar. Pero en el caso de los españoles, se añade la poca confianza de ciertas editoriales autóctonas en estos productos. Otra cosa son las obras de carácter independiente, donde el único responsable de las ideas es el propio autor en cuestión, pero que en la mayoría de las ocasiones encuentra dificultades para su edición, cuando no deben ellos mismos arriesgar en la autopublicación (un claro ejemplo Luis Duran).
En definitiva, veremos como avanza el mercado éste 2006, se avecina apasionante ante la consolidación de proyectos editoriales como el de DC con Planeta, la evolución de Norma Editorial, o las sorpresas a los que nos tienen acostumbrados los de Astiberri, la buena labor de Ediciones de Ponent, o el manga más interesante con Ponent Mon, sin olvidar la recuperación de obras clásicas españolas por parte de Ediciones Glénat.