Si hace poco hablamos de la última obra de Will Eisner (Fagín el judío), hoy tenemos que hacernos eco de la muerte del maestro del arte secuencial y la narración gráfica, como a él le gustaba denominar su amor por el 9º arte. El pasado 3 de enero fallecía, tras una operación a la que fue sometida el pasado 22 de diciembre de 2004, donde se le practico un cuádruple by-pass; todo parecía indicar que iba por buen camino, pero la fatalidad nos ha dejado huérfanos de uno de los mayores creadores de todos lo tiempos.
Willian Erwin Eisner nació en el barrio de Brooklyn, en Nueva York el 6 de marzo de 1917, desde muy joven demostró su talento, convirtiéndose a los 17 años en el director artístico de la revista literaria The Medallion, en la segunda mitad de los años 30, creó las series de Harry Karry y The Flame para Wow, What a Magazine. Y en 1940 uno de los personajes que marcaría su vida, The Spirit, el detective enmascarado, Denny Colt, que supuso una de las obras más innovadoras del género, con el que Eisner, semana tras semana experimentaba gráficamente, con ingeniosos efectos de iluminación o ángulos de cámara. En 1952 abandona el personaje y no seria hasta 1978, cuando vuelve a la industria del cómic con, Contrato con Dios (Norma Editorial), que supuso la creación del concepto de Novela Gráfica. Más tarde llegarían obras como El soñador, Viaje al corazón de la tormenta, La avenida Dropsie, o Las reglas del juego; antes de morir dejó un regalo más, la inédita, The Plot, sobre los Protocolos de Sión. Su obra forma ya parte de un legado inigualable, sin el cual no se comprendería la historia del cómic.
Javier Mesón
Escrito por JAMESON a las 11 de Enero 2005 a las 05:02 PM